Obispo Solis celebra Misa por el Día de Conmemoración

IC foto/Marie Mischel

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El Reverendísimo Oscar A. Solis, Obispo de Salt Lake City presidio la Misa del Día de Conmemoración.

Traducido por: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — La Misa anual del Día de Conmemoración fue celebrada el 27 de mayo en el cementerio Católico Mount Calvary. El Reverendísimo Oscar A. Solis, Obispo de Salt Lake City presidió la Misa. Concelebrando estuvieron Monseñor Colin F. Bircumshaw, vicario general; Monseñor J. Terrence Fitzgerald, vicario general emérito; el padre Martin Diaz, rector de la Catedral de la Magdalena; el padre Evans, párroco de la Iglesia de  St. Thomas More ; el padre Dominic Briese, capellán de la preparatoria Católica de Juan Diego y el padre Dominic Thuy Dang Ha, sacerdote diocesano retirado. El diácono George Reade, canciller, fue le diácono para la Misa. Varios diáconos mas estuvieron en asistencia.

Los preparativos para la Misa fueron hechos para que esta fuese realizada al aire libre, pero por el clima inclemente la celebración fue realizada en el Mausoleo. Antes del comienzo de la Misa, miembros de la tropa 202 de los Boys Scouts de la parroquia de St, Ambrose cantaron ‘América’, Miem-bros de los Caballeros de Colón de Cuarto Grado realizaron la guardia de honor.

Durante si homilía, en la cual el Obispo Solis habló tanto en inglés como en español, el Obispo dijo que  “nos reunimos como comunidad de fe junto a la nación entera recordando a nuestros hermanos y hermanas militares quienes fallecieron y quienes dieron sus vidas en servicio de nuestro país para que así nosotros podamos hoy disfrutar de nuestra libertad y paz.”

El Día de Conmemoración es un tiempo para mantener viva la memoria de “muchos hombres y mujeres que desinteresadamente ofrecieron sus vidas, motivados por los ideales de esta gran nación y por el deseo de cumplir con su deber como fieles ciudadanos,” dijo el Obispo. “En esta celebración de la Misa expresamos nuestra profunda gratitud por su servicio y  valentía, por su altruismo y por su sacrificio heróico. Esto nos recuerda lo que Jesús dijo, no hay amor más grande que el dar la vida por un amigo. Estos hombres y mujeres que hoy recordamos son personas de gran amor, personas que no solo honramos sino de las que podemos seguir su ejemplo.”

La muerte no es el fin, sino el comienzo de la vida eterna “la cual Dios nos prometió a todos los fieles. Así es que le pedimos a nuestro amoroso Dios, dentro de su bondad y misericordia, que levante a todos los soldados caídos en nuestras fuerzas militares para que así les de la vida eterna,” dijo el Obispo Solis.

Agradeciendo el sacrificio desinteresado de los militares caídos “veamos que su servicio a la nación y para nuestro bienestar no sea en vano. No todos estamos llamados a servir militarmente, pero como creyentes en Cristo estamos llamados a hacer la paz, teniendo el valor de hablar con la verdad, de buscar la justicia y paz en nuestra sociedad. Es así que honramos la memoria de estos hombres y mujeres militares quienes fallecieron siendo agentes y defensores de la paz, teniendo el valor de hablar la verdad, buscando la justicia, y trabajando por la paz.”

El Obispo pidió orar por los miembros de los militares quienes sirven en áreas de conflicto en el mundo, así como por los líderes gubernamentales, y por las víctimas inocentes de la guerra, “y por la justicia y paz eterna, no sólo para nuestra nación sino para todas las naciones del mundo.”

El patriotismo es un deber Cristiano. Dijo el Obispo, citando el Catecismo de la Iglesia Católica ““Es el deber de los ciudadanos de contribuir junto con las autoridades civiles para el bien de la sociedad en un espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad”. (CCC #2239)

En sus comentarios finales el Obispo les pidió a los presentes ser fuente de inspiración “para crecer en el amor para que así no solo seamos capaces de servirnos buscando la justicia, libertad y paz.”