Las donaciones de comida incrementan pero no dan a basto

Friday, Nov. 14, 2008
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Susana Wilson, supervisora de la despensa en la parroquia de Sta. Teresita, muestra la cantidad de latas con las que cuenta para proveer asistencia alimentaria a aproximadamente 100 personas por semana. El número de personas que buscan ayuda ha aumentado radicalmente, dijo Wilson.

SALT LAKE CITY — Cada vez se encuentran más evidencias que la economía de los Estados Unidos está en recesión. El Departamento del Trabajo dijo en su último reporte que la tasa de desempleo aumentó de un 6.1 por ciento a un 6.5 por ciento. Esta es la tasa de desempleo más alta de los últimos 14 años.

En Utah, los efectos de una economía débil son notorios en las despensas de comida.

Dennis Kelsch, el Coordinador para la Asistencia de Emergencia del Centro Saint Vincent de Paul en la Ciudad de Salt Lake, dijo que el número de familias en busca de comida ha triplicado desde agosto. "Hemos recibido a familias que no habíamos visto antes", dijo.

El aumento de personas que tienen dificultad para poner comida en su mesa también es evidente en la despensa de la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús. Cada lunes y viernes, un promedio de 40 personas visitan la despensa de la parroquia en Midvale. "Hice un archivo y las tengo aquí", dijo Susana Wilson, encargada de la despensa. Wilson dijo que tuvo que crear un sistema de archivo con el cual procura que la gente no sobrepase el límite de una visita por mes ya que son muchos los necesitados. "Está llegando gente de otros lados, por ejemplo de Provo", dijo asombrada por la distancia que algunas personas están dispuestas a viajar por una caja de comida.

Eso no es lo único de lo que Wilson se ha percatado. Mientras la demanda de comida va en aumento, la cantidad de comida que la despensa recibe está disminuyendo. "Ahora recibimos seis paletas de comida cuando antes recibíamos de 10 a 12", dijo del cambio que notó desde finales del año pasado.

A pesar de la mala economía, "La comunidad ha sido extremadamente generosa", dijo Jessica Pugh, Especialista de relaciones públicas y eventos del Banco de Comida de Utah.

"Las donaciones de la comunidad han aumentado un siete por ciento en el último año, pero la necesidad ha incrementado un 30 por ciento", dijo.

"Ya le hemos pedido mucho a la comunidad", dijo Kelsch, "pero aún podríamos usar (su ayuda) y la apreciaríamos".

Kelsch añadió que la despensa del Centro St. Vincent de Paul tiene la oportunidad de ordenar alimentos del Banco de Comida cada lunes "pero en ocasiones no han tenido nada que darnos".

Por eso las donaciones de la comunidad son tan importantes, además que ofrecen variedad de comida y una manera de anticiparse a un posible incremento en la demanda.

La tasa de desempleo en el estado se ha mantenido con pocos cambios desde 2007. Sin embargo, la industria de construcción se ha visto gravemente afectada perdiendo más de 13,000 trabajos en el ciclo de septiembre 2007 a septiembre 2008.

"No hay nada de trabajo. Bueno, (tenemos trabajo) uno o dos días por semana", dijo Efrén Morales, trabajador de construcción. Morales viajó con su hija y con su hermana desde Magna hasta Midvale y estuvo en fila por más de una hora para poder recibir su ración de comida.

"La economía en el valle no está tan mal pero se podría ver impactada", dijo Kelsch refiriéndose al efecto que podrían tener los reportes de pérdidas y recortes de trabajos de las compañías automotrices Ford y General Motors en todo el país.

Por fortuna, ambas despensas dijeron no haber tenido que disminuir la cantidad de comida que le dan a sus clientes pero si han tenido que adaptarse. "A veces les damos salmón en vez de atún como fuente de proteína", dijo Kelsch.

Otro reto que enfrenta el Centro St. Vincent es tener muy poco espacio para guardar los alimentos. Hasta principios de este año, el centro contaba con una despensa en la que "se podían estacionar dos camiones", pero debido a dificultades económicas, han tenido que usar ese espacio para guardar los muebles para el programa de refugiados quedándose con un pequeño cuarto. "Ese es nuestro problema más grande", dijo Kelsch.

Aún así, el centro logró dejar lugar para más de 70 pavos que serán repartidos antes del Día de Acción de Gracias. La despensa de Sta. Teresita ya ha comenzado a dar parte de los 300 pavos que distribuirá para la celebración. "Todos están preguntando por los pavos", dijo Wilson,

La mayoría de los clientes de ambas despensas son latinos y durante las festividades "siente(n) más melancolía. (Añoran) a la familia, la comida", dijo Wilson.

"Todo mundo tiene derecho a tener un día feliz", agregó.

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