Kent Lowe es recordado como un testigo de la voluntad de Dios

Friday, Nov. 07, 2014

Traducido por: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — Kent Lowe, uno de los sacristanes de la Catedral de la Magdalena, y uno de los candidatos en la clase de diaconado permanente, fue conocido por muchos antes de su muerte el 22 de octubre a la edad de 55 años. Ayudaba en  la Misa diaria de la catedral así como en las Misas de la tarde de los fines de semana. También guiaba las Vísperas de cada noche, estaba involucrado con el ministerio de prisión y la sociedad de Adoración Nocturna, ayudaba a los sacerdotes con el ministerio “Christ in the City’ para jóvenes y jóvenes adultos y era miembro de los Caballeros de Colón.

Como sacristán Ken hizo “todo desde cambiar los focos hasta aspirar los bichos”, que invadían la torre de la campana, entreno a servidores de altar, ayudó a preparar todo para los eventos, dijo el Padre Martin Díaz, párroco de la Catedral.

“El llegó a conocer casi a toda la comunidad y era parte de la comunidad… La Biblia nos dice ‘ámense los unos a los otros como a uno mismo’ y él tenía ese amor muy en cuenta. Lo que Kent hizo fue dar la bienvenida a todo quien llegaba, sin importar quien fuera, sin importar las circunstancias; sin importan si era un indigente o simplemente alguna persona que venía a orar o a resolver alguna duda”.

Durante el servicio de vigilia del 29 de octubre, el Padre Eleazar Silva, director de estudios del programa de diaconado permanente habló a nombre de la comunidad de hispano parlantes así como de si mismo diciéndole a la hermana de Lowe Janneen, “Tienes un excelente hermano. Lo queremos mucho, mucho. Su legado será el legado de amor: amor a Dios, amor por sus hermanos y  hermanas, amor para ti…. Y el legado de la generosidad. Su generoso corazón y sus formas generosas reflejaron a Cristo en nosotros… Él fue un muy, pero muy siervo fiel de Dios y un maravílloso y magnífico amigo”.

Como un gesto para indicar que Lowe comprometió su vida a Cristo, y ya que había sido aceptado como candidato a las santas órdenes el Padre Silva colocó una estola que él había usado como diácono e sobre el cuerpo de Lowe, diciendo que esperaba que fuera presentado por Cristo en el cielo.

También durante la vigilia, Janeen Lowe recordó a su hermano como un hombre que siempre amó a los animales; cuando niño tuvo un camaleón y un hámster como mascotas y crió palomas en su patio.

“Cuando escucho a una paloma hacer coo, pienso en Kent”, dijo Janeen, agregando que también le gustaba la jardinería y tenía un don para las lenguas.

Ella escogió dos canciones para ser tocadas  durante el  servicio,  “Be Still My Soul”y “He,” las cuales le gustaban mucho “cuando estaba creciendo ya que le recordaban que no debemos de ser perfectos para que Dios nos ame”, dijo ella.

Durante la Misa del funeral realizada el 30 de octubre, el Reverendísimo John C. Wester , obispo de Salt Lake City, dijo que Lowe estaba presente en la Catedral día y noche “como símbolo de su regalo a la Iglesia”.

El obispo dijo que también estaba presente a través de su clase diaconado, a través de los indigentes y de su familia y amigos. “Kent fue un testigo viviente” de Cristo y de la serenidad de quien confía en el Señor cumplirá sus promesas.

“Fue un maravilloso amigo y un gran miembro de nuestra comunidad”, agregó el obispo. “Creo que uno se da cuenta por el gran número de personas que hoy están aquí, por el maravilloso coro, por nuestros hermanos sacerdotes y diáconos que están aquí que Kent fue grandemente amado y dejo un gran impacto en nosotros, y ustedes pueden tener pro seguro que lo recordaremos y que los recordaremos en nuestras oraciones… Lamentamos profundamente que Kent fuera arrebatado de nosotros de repente, pero nos regocijamos por que ahora el intercede por nosotros desde su nueva posición al lado de Cristo orando por esta Catedral, por esta Iglesia, por esta comunidad de discípulos que lo amaron tanto”.