LAYTON – Jóvenes Católicos se reunieron en la Iglesia católica de Santa Rosa de Lima en Layton para celebrar el retiro que llevó por título ?Joven, No Tengas Miedo'. Entre pláticas, bailes, interpretaciones y oraciones decenas de jóvenes católicos dieron la bienvenida a Dios en sus vidas como un símbolo de su fe y como una necesidad de llenar vacíos de cariño que por diversas circunstancias se encuentran en ellos. Entre los presentadores del retiro se encontraban el Padre Fidel Barrera, el Padre Marco Tulio, los seminaristas Jorge Roldán y Alejandro Camberos, el diácono Ricardo Arias, el Padre José Carlos García quien llegó desde Italia y María Ibarra Domínguez de los Ángeles, California. "Es importante animar a que los jóvenes utilicen su creatividad. La evangelización de los jóvenes renueva a la Iglesia", dijo el Padre García. "La juventud o tiene un encuentro con Cristo o se alejan, debemos de enseñarlos de que Cristo está vivo, debemos amarlos , trabajar por ellos", dijo el Padre Barrera. El retiro fue organizado por el Grupo de Ca-rismáticos debido al hecho de que consideran que existe un problema de distanciamiento entre la Iglesia y los jóvenes. "Decidimos organizar este retiro para los jóvenes de nuestras parroquias", dijo Javier Morales, feligrés de la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús y parte del grupo de Carismáticos. "Es importante ya que los jóvenes no conocen bien la Iglesia y eso los aleja un poco". Durante el retiro Ibarra Domínguez habló de sus experiencias de vida. Con un padre que usa drogas y alcohol y abusaba a su madre, Ibarra desde una muy temprana edad se vio forzada a madurar para poder sobrevivir su situación. "Yo se lo que ustedes viven, yo lo viví, yo vivía en una familia disfuncional, yo se lo que es pretender que todo está bien. Había momentos en que quería gritar y decirle a alguien que vivía en una mentira, pero no podía, todo me lo tragaba. Solo puse una pared enfrente de mí y me volví fuerte, me volví dura", dijo Ibarra a los jóvenes. "No tenía opción. ¿Por qué tuve que crecer tan rápido?... ¿por qué tuve que ver como mi padre perdía el control?, me estaba ahogando y nadie me podía ayudar y fue entonces que Jesús llegó a mi vida y me levantó". Ibarra le dijo a los participantes que ella firmemente sabe que solo Dios es capaz de hacer lo que hizó por su familia. "Ustedes pueden reparar y restaurar el daño que les han hecho hoy, ustedes pueden levantarse y hacer la diferencia, eso es lo que Jesús hizo conmigo", dijo Ibarra. "Nadie pudo haber hecho por mi familia lo que Jesús hizo. Jesús salvó a mi papá. El levantó a un hombre muerto, a un drogadicto, levantó a una madre enferma llena de resentimiento, levantó a 4 hijos, uno de ellos con un coraje que lo llevó a querer matar a su propio padre, levantó a una familia entera que estaba muerta. Jesús los puede levantar hoy". Fue entonces que se invitó a los jóvenes a pasar al frente en donde comenzaron a llorar y a pedirle a Dios que los ayudara, que los guiara, que los sanara, a pedirle que los amara. Mientras tanto los sacerdotes, diácono, seminaristas y participantes del grupo de Carismáticos oraban por ellos y los bendecían. "Hoy es tu oportunidad, yo siempre oro para que me ayude y siempre me res-ponde, Jesús te quiere ayudar, quiere que sepas que las cosas pueden cambiar y que te ama", les dijo Ibarra a los jóvenes. "Ellos [los jóvenes] son la razón de que la Diócesis esté viva, tal como lo dijo Juan Pablo II no estamos hablando del futuro sino del presente", dijo el seminarista Roldán. "Dios está vivo, Dios te ama, siempre está aquí para ti", dijo Ibarra.
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