Fallece el padre Vizcaíno, recordado como ‘el alma de la pastoral hispana’ del Sureste de Estados Unidos

Friday, Feb. 23, 2024
By OSV News

Rocío Granados

MIAMI — A los 89 años, ha fallecido el padre Mario Vizcaíno, misionero y maestro que por casi 40 años impulsó la pastoral hispana en los Estados Unidos como fundador y director del Instituto Pastoral del Sureste para el Ministerio Hispano, SEPI.

Falleció la noche del 13 de febrero, en la comunidad escolapia San José de Calasanz, en Hialeah, Florida. Fue religioso escolapio por más de 60 años. Sus amigos lo re-cuerdan por su sonrisa y su entrega. Era “un sacerdote 24/7” que tenía “un amor muy grande por el SEPI y por el ministerio hispano en el sureste de Estados Unidos”, dijo su amigo, Guillermo Fernández-Toledo.

El padre Vizcaíno dirigió el SEPI por casi 40 años, de 1978 al 2016. El SEPI, que es la rama educativa de la Oficina Regional del Sureste, se fundó en 1979, un año después de la creación del Instituto Pastoral del Sureste de Estados Unidos, con el padre Vizcaino como director. Su creación seguía la recomendación del II Encuentro Nacional de Pastoral Hispana, del cual el padre Vizcaíno había sido coordinador regional.

“Se establecieron oficinas regionales similares en el noreste, noroeste y suroeste de Estados Unidos. El único que ha sobrevivido y sigue prosperando es el SEPI. Eso se debe al trabajo que hizo el padre Vizcaíno durante muchos años”, dijo el arzobispo Thomas Wenski de Miami, quien conoció al sacerdote escolapio siendo seminarista y diácono en la parroquia St. Benedict en Hialeah, donde el padre Vizcaíno celebraba las Misas en español.

El SEPI “fue un puente para las diócesis con recursos limitados que les permitió atender las necesidades de la creciente población hispana de esos estados”, dijo el arzobispo. Al mismo tiempo, el SEPI les ayudó a formar futuros líderes en esas comunidades. “Los obispos de las diócesis de la región están muy agradecidos al SEPI, pero, en particular, los obispos originales (de esas diócesis) lo apreciaban mucho”.

“Ha sido el alma de la pastoral hispana en el Sureste cuando se necesitaba ese impulso, ante la creciente llegada de hispanos de cultura católica con necesidad de apoyo y formación”, dijo Araceli Cantero, anterior editora de La Voz Católica, el periódico en español de la Arquidiócesis de Miami, que por décadas reportó sobre la labor del padre Vizcaíno en la Región del Sureste. “Con su partida el padre Vizcaíno deja tras de sí un legado de compromiso, visión y creatividad en favor de la evangelización y el avance de los católicos hispanos en los Estados Unidos”.

“Cuando empezó el SEPI no había Misas en español en algunas diócesis del sureste y ahora, 40 años después, hay Misas en todas las diócesis”, dijo el padre Manny Álvarez, párroco de la iglesia Little Flower, en Coral Gables, cuya familia conocía al padre Vizcaíno desde 1975. “El caminaba con mi familia, nos reuníamos siempre los primeros de enero, celebrábamos la Misa con él, y empezábamos el año nuevo juntos”.

Según el padre Álvarez, el padre Vizcaíno tenía un “alma misionera. Él siempre estaba buscando nuevas maneras de comunicar el Evangelio para llegar a diferentes personas”, dijo. “Él vivía la nueva evangelización que predicaba Juan Pablo II”.

Durante los veranos en la secundaria, cuando tenía, 15, 16, y 17 años, el padre Álvarez acompañaba al padre Vizcaíno a la misión de los Padres Escolapios en Tabasco, México. Recorrían los caminos a caballo y a pie, recordó el padre Álvarez, añadiendo que “la semilla de ser sacerdote fue nutrida por el padre Mario y por esta experiencia misionera”.

Para el padre Vizcaíno “esas eran sus vacaciones y a él le encantaba el campo, el pueblo, la comida. Y la gente lo amaba. Imagino que están llorando también como lo estamos llorando acá en Miami, porque no era solamente la predicación del Evangelio, sino ayudar a ese pueblo a desarrollarse”, dijo el padre Álvarez.

El padre Vizcaíno trabajó también por la inclusión de los hispanos en la Iglesia de Estados Unidos a todos los niveles. Como resultado de sus esfuerzos, hay muchos mi-nistros laicos hispanos sirviendo a la Iglesia en parroquias, diócesis y a nivel nacional.

“Estuvo en todo el proceso de involucrar a la gente y preguntarles cuáles son las necesidades del pueblo hispano. Eso le encantaba”, dijo Fernández-Toledo.

Para ello recorrió miles de millas en una van buscando a los hispanos esparcidos por las más de 30 diócesis en los nueve estados que comprenden la región sureste: Alabama, Florida, Georgia, Kentucky, Luisiana, Carolina del Norte, Mississippi, Carolina del Sur y Tennessee.

Con los datos del censo, llamaba a los obispos de las diócesis para preguntarles si ofrecían Misas en español. “Muchas veces los obispos decían: no tenemos hispanos aquí, y él les mostraba las cifras”, contó Fernández-Toledo.

Buscando en una guía telefónica llamaba a todo el que tenía un apellido hispano y así se fueron fundando oficinas del ministerio hispano.

En 1988, al visitar Miami, el obispo de Luisiana William Friend, señaló que el padre Vizcaíno y el SEPI “son como el San Pablo de nuestros días, visitando las comunidades, llevándoles la palabra de Dios y el apoyo de la Iglesia”, según cuenta un artículo publicado en La Voz Católica.

“La gente lo recibía con un cariño tremendo”, dijo Fernández-Toledo, quien lo acompañaba en esos viajes, y desde entonces, hace 36 años, sigue asociado al SEPI, impartiendo clases en el programa de Ministerio Hispano.

La formación de los hispanos era parte del ADN del padre Vizcaíno, por su formación escolapia. Él estableció oportunidades de formación a través de charlas, talle-res, encuentros pastorales y retiros y la maestría para laicos.

El SEPI en la actualidad ofrece tantas posibilidades “por el legado del padre Mario”, dijo Olga Villar, directora ejecutiva del SEPI.

“Mi formación teológica pastoral es completamente SEPI”, dijo Villar, quien conoció al padre Vizcaíno cuando ella tenía 17 años y pertenecía al grupo de jóvenes de la parroquia Corpus Christi. Posteriormente, la invitó a trabajar en las escuelas de ministerio y después como directora del Ministerio Hispano en la Arquidiócesis de Mobile, Alabama.

El padre Vizcaíno ayudó a Villar en 2014-2015 en la renovación del anterior plan diocesano de 1992, para lo cual viajaron nuevamente a las diferentes diócesis del sureste. Gracias a su visión de formación a largo plazo, se pudo empezar en el SEPI las primeras escuelas de ministerio, las Pascuas Juveniles y el Libro de la Pascua.

El padre Vizcaíno también fue profesor y director espiritual en el Seminario St. John Vianney de Miami. Eso impactó la vocación del joven padre Álvarez.

“Yo diría que no sería sacerdote sin el padre Mario. El me vistió el día de mi ordenación, el predicó en mi primera Misa y estuvo presente cuando cumplí 20 años de cura, hace dos años”, indicó. “Él sembró esa semilla de la vocación en tantos sacerdotes y fue un recurso de sabiduría y de espiritualidad, por eso lo vamos a extrañar”.

“Hemos perdido a un gigante en la vida de la Arquidiócesis. En las redes sociales tantas personas están poniendo la foto de su boda y de los bautizos con él, con una alegría siempre”, dijo.

El padre Vizcaíno nació en La Habana, Cuba, el 20 de agosto de 1934. Ingresó en el noviciado de los escolapios en 1952 y fue ordenado sacerdote en Roma en 1960. Con la llegada del Castrismo a Cuba, no pudo regresar a su país por 20 años.

Además de su labor en el SEPI, fue párroco, maestro de escuela secundaria, profesor universitario y formador de generaciones de sacerdotes. Fue Provincial de la Provincia Escolapia de Estados Unidos desde 2007 hasta 2011.

“Los Padres Escolapios en Estados Unidos, Puerto Rico y Cuba aprecian enormemente el ministerio, el ejemplo y la vida del Padre Mario Vizcaíno”, dijo un comunicado de los Padres Escolapios en su página de Facebook.

El padre Vizcaíno un gran devoto de la Virgen de la Caridad y mantuvo siempre una cercanía con Cuba. “Nunca olvidó ni abandonó a la Iglesia que peregrina en su Cuba natal, con la bondad que le caracterizaba ayudó en lo material y en lo espiritual, desde una cercanía y caridad llena de detalles”, dijo Mons. Arturo González, obispo de Santa Clara, Cuba, en un comunicado de prensa.

Después de retirarse del SEPI, el padre Vizcaíno se dedicó a los grupos de formación continua de los escolapios en Miami.

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Rocío Granados es una reportera de La Voz Católica, el periódico en español de la Arquidiócesis de Miami, el cual es parte de Florida Catholic Media.

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