El Padre Francisco Pires regresa a Logan

Intermountain Catholic

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RIVERTON - En menos de dos meses el reverendo Francisco Pires regresará a Logan ahora como Pastor de la iglesia Católica de Santo Tomas de Aquino y de la capilla de San Jerónimo y el Centro Newman.

Hace casi 13 años el Padre Pires dejó Logan para irse a Tremonton.

"El regresar a Logan es como una reconexión con un gran amigo, y dijo eso porque ese fue uno de los primeros lugares en donde realicé mi ministerio en Utah de 1995 a 1999 junto con Brigham City y Tremonton", dijo el Padre Pires. "Durante esos años básicamenteserví a la comunidad hispana y el Padre Cla-rence Sandoval (Pastor de la iglesia de Santo Tomas de Aquino desde 1995 me apoyó mucho, así como también recibí el apoyo de la comunidad entera".

El Padre Pires nació en 1957 en el sureste de Brasil. Sus padres Ayres Pires y Enedina Florencio Pires tu-

vieron nueve hijos, dos de ellos hombres y siete mujeres siendo el Padre Pires el tercero de nacimiento.

Su llamado al sacerdocio fue desde muy pequeño, sirvió como monaguillo en su comunidad y cuando cursaba el 8vo. Grado en la escuela ingresó al seminario.

"Por 45 años mi familia ha vivido a tan solo una milla de distancia del seminario", dijo el Padre Pires, el cual habla portugués, español e inglés. "Cuando éramos niños los campos de fútbol del seminario eran nuestras áreas favoritas durante los fines de semana".

Ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1984 en la parroquia de La Inmaculada Concepción en Morrotes, Tubarao Brasil por el Obispo Osorio Bebber.

Después de casi 7 años de servicio como sacerdote en Brasil el Padre Pires llegó a los Estados Unidos.

"En 1991 llegué a los Estados Unidos con una visa de turista, con la idea de quedarme solo un año para estudiar inglés y regresar a Brasil, pero Dios tenía otros planes para mí," dijo el sacerdote. "Terminé sirviendo en la Diócesis de Phoenix por cuatro años".

En el verano de 1994 el Padre Pires asistió a una conferencia para sacerdotes hispanos en Houston, Texas y fue ahí en donde conoció al Padre Hernando Díaz (quien ahora es el Pastor de la Iglesia de Santa Brígida y de las mi-siones San Juan Bosco y de la Sagrada Familia), quien lo invitó a visitar Utah.

Durante su visita el Padre Pires platicó con Monseñor J. Terrence Fitzge-rald, quien entonces fungía como Vicario general y Vicario para clérigos de la Diócesis Católica de Salt Lake City.

"Me comentó la necesidad de sa-cerdotes para server a la creciente población hispana", dijo el Padre Pires. "Ese fue el llamado para venir a Utah. Se intercambiaron papeles con mi Obispo en Brasil y desde ese entonces estoy aquí, incorporado en esta Diócesis".

En los últimos 16 años el Padre Pires ha servido en Brigham City. Logan, Tremonton, Richfield, Torrey, Gunnison, Orem, Ephraim, Midvale y recientemente en Riverton en donde fungió como Pastor fundador de la Iglesia de San Andrés.

Su nueva asignación ha sido recibida con mucha alegría, honor y bendiciones; aunque extrañará la Iglesia de San Andrés.

"San Andrés siempre formará una parte de mi vida", dijo el Padre Pires. "Recibí una gran bendición al poder ser un instrumento para el comienzo de una pa-rroquia comunitaria. Talento, dedicación y trabajo arduo llegaron de todas partes. Nunca olvidaré el trabajo de la Hermana (de la Santa Cruz) Karla McKinnie no solo en la escuela, la cual fue su enfoque principal, sino por su compromiso con la parroquia". La Hermana McKinnie es la Directora de la escuela de San Andrés.

El Padre Pires sabe que el nuevo sa-cerdote asignado a la parroquia de San Andrés, el Padre John Evans, "guiará la parroquia a su crecimiento. Al dejar San Andrés le pido a Dios que me guie y rezo para poder ser un instrumento de sus manos en esta nueva asignación".

"Es un muy buen sacerdote de Brasil quien ha servido en varias parroquias con gran distinción," dijo Monseñor Fitzgerald.

"Ama el área (Logan] y la gente lo quie-re mucho. Es un Pastor muy amoroso que se preocupa mucho por las personas y que colabora muy bien con el laicado".

"El día de mi ordenación le dije a mis padres, hermanos y hermanas que desde ese momento todas las personas que veían a su alrededor eran también parte de mi familia. Eso es lo que he sentido desde hace 27 años. Mi familia sigue crece y crece", dijo el Padre Pires. "Me gusta siempre aprender de aquellas personas a quienes sirvo, continuar con el trabajo que los Pastores anteriores comenzaron en las Iglesias y ser considerado y atento a las necesidades y aspiraciones".