Por Junno Arocho Esteves
Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Los hombres y las mujeres que llevan la carga pesada de los problemas de la vida pueden encontrar alivio en Cristo, quien no les quita la carga, pero les ayudar a cargar también, dijo el Papa Francisco.
“Él nos espera, no para resolvernos mágicamente los problemas, sino para fortalecernos en nuestros pro-blemas. Jesús no nos quita los pesos de la vida, sino la angustia del corazón; no nos quita la cruz, sino que la lleva con nosotros”, dijo el Papa antes de rezar el Ángelus el 9 de julio con la gente reunida en la Plaza de San Pedro.
La reflexión del Papa se centró en la lectura dominical del Evangelio según San Mateo, en el que Jesús invita a todos los que “están cansados y agobiados” a ir a él para descansar.
“Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga livia-na”, dijo Jesús.
El Papa dijo que Cristo no excluye a nadie de esta invitación y sabe que “muchas cosas fatigan el corazón”.
Jesús, él añadió, llama la gente a “moverse y reaccionar” en vez de “permanecer allí” cuando las cosas van mal.
“No es fácil. En los momentos oscuros es natural estar consigo mismo, rumiar sobre cuán injusta es la vida, sobre cuán ingratos son los demás y qué malo es el mundo, y otras cosas así”, dijo el Papa.
En vez, dijo el Papa Francisco, Jesús quiere sacarnos de esas “tierras movedizas” y darle a todos una manera de salir de la tristeza, que les permita levantar la mirada “hacia quien nos ama de verdad”.
“Cuando en la vida entra Jesús, llega la paz, aquella que permanece aún en las pruebas, en los sufrimientos. Vayamos a Jesús, démosle nuestro tiempo, encontrémoslo cada día en la oración, en un diálogo confiado y personal; familiaricemos con su palabra, redescubramos sin miedo su perdón, saciémonos con su pan de vida: nos sentiremos amados y nos sentiremos consolados por él”, dijo el Papa.
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